domingo, 29 de julio de 2012
En los ciclos de la naturaleza se encuentran tres tipos: agua, azufre y fosforo
Los ciclos unen a plantas, animales y los seres humanos de forma constante. Todos los elementos integrantes de los seres vivos se renuevan. El ciclo del agua es uno de los más importantes, ya que el agua es un medio de transporte de los nutrientes. El ciclo ininterrumpido de evaporación, condensación y precipitación garantiza la presencia de este elemento imprescindible para la vida. El fósforo, un nutriente escaso pero vital, tiene también su ciclo: la erosión aflora los depósitos de los fosfatos. Las plantas se nutren de estos y los herbívoros se alimentan de las plantas. Los carnívoros a su vez se alimentan de los herbívoros, integrando los fosfatos a su organismo. Las bacterias descomponen los cadáveres restituyendo los compuestos del fósforo al suelo, que pasa a las plantas, reiniciándose el ciclo. El azufre es otro nutriente. Su recorrido va desde el suelo o el agua a plantas y animales, regresando de nuevo al suelo o al agua. Gracias a la renovación de los ciclos podemos sobrevivir.
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